Cuando
nació Jesús hacía 30 años que reinaba en Judea Herodes Ascalonita, a quien la
historia llama el Grande, para diferenciarlo de Herodes Antipas, el que mandó
matar a Juan el Bautista. Era un extranjero aborrecido por los judíos que por
haber usurpado el trono desconfiaba de todos. Al enterarse por los Magos del
nacimiento del Mesías en Belén de Judá, y por temor a perder el trono, comenzó
a tramar un plan para matar al recién nacido. Cuando se vio burlado por los
Magos, se enfureció y ordenó la matanza de todos los niños de dos años para
abajo, en Belén. Pero un ángel avisó a José que huyese con María y el Niño a
Egipto, poniéndose de esta manera a salvo. Desde los primeros siglos la Iglesia
celebra en esta fecha la fiesta de los Santos Inocentes, los primeros mártires
que dieron su vida por Cristo.