La
esperanza es siempre búsqueda… es creativa. La esperanza es esa virtud
cristiana que se interrelaciona con la fe y el amor; es la que nos hace sentir
y vivir a cada instante la fuerza de la vida que late en nuestros corazones.
Y
este es el momento de poner en práctica la esperanza. Que nuestros corazones se
enciendan por la emoción de saber que pronto volveremos a encontrarnos.
Mirá
nuestro amado Colegio: en silencio, en soledad. Pero es temporal, porque
pronto, muy pronto, las aulas, las galerías, el patio, el gimnasio, se llenarán
de color, de risas, de gritos de alegría, de vida… de la vida de cada uno de
ustedes, niños, adolescentes y jóvenes, nuestros queridos estudiantes.
Volveremos
a escuchar ¡Hola! ¿Cómo estás? ¡Buenos días! ¡Buenas tardes! ¡Hasta mañana!...
Profe, Seño… Izaremos la Bandera con orgullo, cantaremos nuestro Himno a viva
voz, rezaremos a nuestra Madre del Huerto con la confianza y el amor de hijos e
hijas…
Y
lo que tanto esperamos… nos miraremos a los ojos llenos de emoción, frente a
frente y nos fundiremos en ese abrazo que no termina, con fuerza, con el amor
que se quedó guardado en nuestro interior.
Esperemos…
esperamos todos a que llegue ese anhelado encuentro.
Volveremos
a dar clases, a llenar el pizarrón de palabras, de números… volveremos a decir:
¡Silencio! ¡Guardá el celular!, a revisar las tareas, a tomar una prueba… Pero
fundamentalmente, volveremos para decirles que son valiosos, que estamos
orgullosos de ustedes. ¡Queremos seguir viéndolos crecer! desde los pequeñitos
del Nivel Inicial hasta los jóvenes de la Promo 2020.
Volveremos
a encontrarnos…
Mientras
tanto, no perdamos la esperanza, la ilusión, cumplamos cada uno con la parte
que nos corresponde. Pongamos nuestros sueños, nuestra vida en las manos del
Señor, porque Él es el Camino, la Verdad y la Vida.
Y
digamos, como cada día: Virgen Santísima del Huerto, nuestra buena y querida
Madre, cúbrenos con tu santo manto y danos tu maternal bendición, a nosotros y
a nuestras familias.