Ser padre es mucho más que tener un
hijo.
Ser padre es reencontrarte con El Niño
que fuiste, y revivir la inocencia pura y limpia del Ser humano.
Ser padre es apreciar lo que tus padres
han hecho por ti.
Ser padre es aprender que toda
evolución que merezca la pena se hace lenta y continuamente.
Ser padre es comprender que el amor es
mucho más de lo que se puede expresar con palabras.
Ser padre es sacrificar mucho sin
importar lo que pierdes, porque ganas siempre.
Ser padre es lanzarte al vacío y nacer
en la caída mucho más fuerte, y con alas.
Ser padre es una ofrenda de lo más
valioso que tenemos, el tiempo, a alguien que es más importante que todo lo
demás.
Ser padre es sentirte vulnerable, tener
miedo, y confirmar que ya no importa el obstáculo porque no tienes más opción
que hacerlo bien, y en ese momento descubrir que ya puedes con todo lo que
venga.
Ser padre es mirar a los ojos a la vida
y sonreírle, y aprender que el mundo es un espejo que refleja lo que tú le das.
Ser padre es la entrega incondicional
que condiciona el resto de tu vida llenándola de color, es la cadena que libera
tu mente y tu alma.
Ser padre es, en definitiva, un regalo
personal que solo puedes comprender cuando lo abres, sorprendente por lo
irrepetible, fascinante por lo indescriptible.
Ser padre es el amor viviendo en ti.
Escrito por
Alejandro Ojeda