4º DÍA. Sábado 26 de junio.
Lema: “Unidos a María y José rezamos por el fin de la pandemia”
“La piedad de Chiávari será señalada como ejemplo. El Santuario de María del Huerto adquirirá lustre y glorias mayores”.
La devoción a Nuestra Señora del Huerto se vio reforzada el 2 de julio de 1610 cuando, en horas de la mañana, se le apareció a Sebastián Descalzo, un humilde poblador de las inmediaciones, quien en esos momentos caminaba desde su casa al suburbio de Carrasco, recitando sus oraciones.
Madre, hoy te ofrecemos el girasol, símbolo de la presencia de Dios en ti.
Oración inicial para todos los días:
Oh María que por tu virginidad fecunda fuiste hecha por el Espíritu Santo, “Huerto Cerrado y Fuente Sellada”, porque tu corazón perteneció única y enteramente a Dios, vuelve sobre nosotros tu mirada de Madre.
Por el amor particular con que te has manifestado como Huerto fecundo de gracia para nuestra salvación, alcánzanos de tu Hijo, que tienes en tus brazos, una continua conversión del corazón, un creciente amor a la voluntad del Padre y una solícita caridad hacia los hermanos. Amén.
Un poco de Historia...
Transitaba Sebastián la plaza de la ciudad cuando vio frente a sí a la Virgen bendita luciendo un hermoso manto celeste. Poco después, comenzaron los milagros. Una rajadura que atravesó el muro de un extremo a otro de la pintura, se reparó sola, sin la intervención de ningún albañil. Otro día, frente a su imagen, dos enemigos acérrimos fray Miguel Raggio y Battino Marini, se reconciliaron dándose el abrazo de la paz y al cabo de un tiempo se producían curaciones, se solucionaban diferendos y se concedían peticiones, todo por medio de la Virgen del Huerto.
Si bien, el relato que conocemos no dice si Sebastián iba solo o acompañado, pero en las representaciones artísticas que tenemos de la aparición de Nuestra Madre a este personaje, aparecen solo ellos dos. Es por eso que hoy queremos tener presentes a todas las personas que están solas, física y espiritualmente. Oremos por tantos jóvenes que durante esta pandemia han sufrido y sufren soledad, depresión, desánimo, falta de esperanza. Pidamos a Nuestra Madre que nos alcance la gracia de la empatía. Que mueva nuestro interior para ponernos en marcha para acompañar de alguna forma a estas personas.
Oración final para todos los días
Oh María, ábrenos tu divino Huerto y entraremos en él, atraídos de la celestial fragancia de tus virtudes, nos sentaremos bajo la sombra de tu amparo y protección y nos saciaremos de sus frutos.
Fuente sellada y pura eres, no permitas que se seque jamás en nuestra alma la flor de tu devoción y el fruto de tu amor a Jesucristo.
Desde tu trono de gloria ruega a tu Divino Hijo para que seamos prudentes, aprendamos la sabiduría y marchemos siempre por el camino de la justicia.
Virgen del Huerto, tus hijos somos, concédenos oír tu voz y contemplar tu rostro bellísimo. Amén.