1- Acepta tus
límites: Ayúdales a ser mejores, pero no trates de cambiarlos. Disfruta con
ellos tal como son. Sus características únicas enriquecen la relación que tienen.
2- Dónate: Refuerza
los vínculos. No te encierres en ti mismo y recupera aquellas relaciones que no
has podido cuidar últimamente.
3- Pide perdón: A
veces nos sentimos culpables de no habernos puesto en contacto durante mucho
tiempo. Pero eso no arregla nada. Lo mejor es pedir disculpas y retomar la
relación.
4- Ábrete: Para
tener vínculos profundos no puedes dar solo tu parte superficial. Cuando veas
que la persona es digna de confianza, arriésgate y muéstrate como eres.
5- Recuerda para
afianzar: Decía C.S Lewis que “la amistad nace cuando la persona dice a otra:
¿Qué? ¿Tú también? Pensé que era el único”. Comparte con tus amigos algún
momento en el que ese “tú también” fue especial.
6- Comparte
proyectos: La amistad no implica solo recordar el pasado, sino compartir el
futuro. Hazles partícipes de tus decisiones. Tal vez encuentren ocasión para
hacer planes juntos.