«Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo
impidan, porque el Reino de los Cielos es de quienes son como ellos». (Mateo
19:14)
Señor
Jesús, amado Jesús: Ponemos en tus manos amorosas y llenas de ternura a
nuestros niños. Tómalos, te lo rogamos, entre tus brazos y acarícialos como lo
hiciste tantas veces. Protégelos y muéstrales tu rostro.
Guíalos
por los senderos del Evangelio como solamente Tú sabes hacerlo. Tú, que eres el
Maestro por excelencia, condúcelos al encuentro del Padre, que es ternura y
misericordia sin límites. Amén.