Hoy
tiene lugar la celebración del Domingo Bíblico Nacional y la Jornada mundial
del migrante y refugiado.
En
1961, en Argentina, se inició la realización de la Jornada de la Palabra y se
la llamó, Domingo Bíblico Nacional, a partir de una resolución de la
Conferencia Episcopal Argentina (CEA). Así, cada año, se celebra el último
domingo de septiembre, en la fecha más cercana a la fiesta de San Jerónimo (30
de septiembre).
En
cuanto a la 108° Jornada mundial del migrante y refugiado, su lema para este
año es: CONSTRUIR EL FUTURO CON LOS MIGRANTES Y LOS REFUGIADOS para evidenciar
el compromiso al que todos estamos llamados a poner en práctica para construir
un futuro que responda al plan de Dios, sin excluir a nadie. “Construir con”
significa, ante todo, reconocer y promover la aportación de los migrantes y los
refugiados a esta obra de construcción, porque sólo así se podrá edificar un
mundo que garantice las condiciones para el desarrollo humano integral.
En
palabras del Papa Francisco… “Es necesario acoger la salvación de Cristo, su
Evangelio de amor, para que se eliminen las desigualdades y discriminaciones
del mundo presente. Nadie debe ser excluido. En efecto, el proyecto de Dios es
esencialmente inclusivo y sitúa en el centro a los habitantes de las periferias
existenciales. Es con ellos que Dios quiere edificar su Reino, porque sin ellos
no sería el Reino que Dios quiere. La inclusión de las personas más vulnerables
es una condición necesaria para obtener la plena ciudadanía".
“Señor, haz que aprendamos cuán bello es vivir como
hermanos y hermanas”.