Argentina se ha caracterizado siempre, desde
sus épocas independentistas, por ser un
destino para
inmigrantes; en principio,
provenientes de Europa, pero actualmente lo
es también para inmigrantes de todo el
mundo.
El Primer Triunvirato dictó, un 4 de
septiembre, un decreto con el que establecía
la inmediata protección y recibimiento de toda
persona del mundo y su familia que deseara o
necesitara establecer domicilio en el Estado
argentino, otorgándole los mismos derechos y
reconocimientos que cualquier otro ciudadano
argentino.
De esta forma, el 4 de septiembre quedó
establecido
en
conmemoración
y
reconocimiento a todas aquellas personas que
inmigraron a la Argentina a principio del siglo
XIX y en adelante, ya que la cultura argentina
debe gran parte al intercambio cultural que
produjo el fenómeno de la inmigración en las
distintas épocas de la historia de Argentina.