Para formar una sociedad democrática genuina, para crecer, para unirnos cooperativamente, para ser más flexibles, tolerantes y eficaces en nuestras relaciones, debemos DESCUBRIR que ningún grupo cultural está por encima de otros.
Y, sobre todas las cosas, debemos descubrir que somos capaces deformar una sociedad cuyos cimientos sean la paz, la tolerancia, la justicia y la equidad.