Ricardo
Rojas nació en Tucumán en 1882. Estudió periodismo en Santiago del Estero y fue
profesor de Literatura castellana. Entre sus logros, ganó el Premio Nacional de
Literatura y fue un hombre de ideas liberales y democráticas, que conoció la
persecución política, por lo que tuvo una etapa de confinamiento. Ocupó el
cargo de embajador argentino en Perú.
Rojas
afirma en su obra “La Historia de la literatura argentina”, que “la
argentinidad está constituida por un territorio, por un pueblo, por un estado,
por un idioma, por un ideal que tiende cada día a definirse mejor. Ahora mismo,
con estas breves páginas, estamos tratando de definirlo”.
Como
legado además dejó su casa, una interesante réplica de la Casa Histórica de
Tucumán que está ubicada en el barrio de Palermo de la Ciudad de Buenos Aires.
La construyó siguiendo su teoría “euríndica”, una propuesta estética que
reivindicaba el diálogo de lo europeo con lo americano.
La
influencia de Rojas en las nuevas generaciones argentinas es indudable y
fecunda. Como intelectual multifacético, marcó el agotamiento del modelo
cultural de su generación y postuló una profunda renovación nacional. Ello lo
llevó a reivindicar la inserción de la cultura en las provincias del país como
requisito de la identidad de la nación. Ricardo Rojas dedicó su vida a
enaltecer el teatro y la literatura nacional argentina.
En
homenaje a su legado, todos los argentinos celebramos el Día de la Cultura
Nacional todos los 29 de julio, fecha de su fallecimiento.