“De su pasión por el evangelio brotaba
también su pasión por sus hermanos y el
deseo de brindarles las condiciones de una
vida digna. Por eso trabajó incansablemente
por levantar templos o capillas, la casa de
ejercicios espirituales en la Villa del Tránsito,
escuelas y otras obras que aseguraran a todos
una existencia que mereciera el título de
humana y cristiana”. Monseñor Carlos Nañez,
2010