“CRESCENCIA EN EL SUEÑO DE DIOS”
2021 - Año de San José
ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
Oh Padre, que por tu amor a los pequeños y a los pobres, guiaste a la Beata María Crescencia, por el ca-mino de la humildad y de la sencillez, concédenos, por su intercesión, poder servir a nuestros hermanos más necesitados, con la dulzura de la caridad y la fuerza de la bondad. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
Noveno día de la novena: miércoles 19 de mayo
HERMANA CRESCENCIA VIOLETA ESCONDIDA DE DIOS
PADRE EN LA SOMBRA
La
devoción al Sagrado Corazón de Jesús nació en Francia cuando el mismo
Jesús se apareció a Santa Margarita María de Alacoque y le pidió que
fuera la difusora del gran amor de Dios. Jesús le mostró su corazón y le
dijo: “Hija este es el Corazón que ama tanto a las personas”
Los santos y los pecadores son los predilectos de Dios. Por eso también ellos son los elegidos del amor de Dios.
La
Hna. Crescencia también estuvo muy unida al Corazón de Cristo durante
toda su vida. Ella lo amaba mucho y esto se demostró cuando ella estaba
tan enferma y antes de morir recibió el Santo Viático.
“… pidió que
se le rezara algo al Sagrado Corazón de Jesús, que también estaba
colgado el cuadro en frente de su cama y terminado de rezar las letanías
del Corazón de Jesús ella como fuera de sí y llena de gozo nos hacía
comprender que algo Celestial veía, entonces hizo una exclamación y
dijo: "veo el Corazón de Jesús, que está rasgando la llaga de su Smo.
Corazón y de ellas salen chispas como de fuego y va sacando fibras y las
arroja hacia mí y me dice que en esa Llaga a mí me introduce". Mientras
que la Co-munidad rezaba con el Padre Capellán las oraciones de los
agonizantes, ella también nos acompañaba en voz baja, pues ya tenía
todos los síntomas de una próxima agonía, ya sus fuerzas estaban
agotadas.
En el momento más delicado de la agonía de la Hna. Crescencia ella elevó una bellísima plegaria al Sagrado Corazón de Jesús
“Corazón
de Jesús! te pido una bendición especial para Chile y ya que es la
voluntad de Dios que yo muera aquí, gustosa te ofrezco este sacrificio
por la paz y tranquilidad de esta Nación…continuó dicien-do que veía la
felicidad que Dios le tenía preparado en el Cielo; prosiguió diciendo en
alta voz: ¡cuándo Se-ñor... he merecido esto! ¡qué son los sacrificios
de este mundo comparados con la felicidad del Cielo! ¡Dios mío! yo no
soy más que una miserable criatura, la ínfima de todas, soy menos que un
gusano de la tierra, ¡ah! ¡dónde a mí tanta dicha! ¡Corazón de Jesús no
merezco eso! y al mismo tiempo le hacía comprender que esa merced era
puramente bondad de su bondadosísimo Corazón. ¡Jesús mío quisiera amarte
tanto, cuanto te amas a ti mismo!, demostrando con esto el ansia que
sentía por unirse con su Dios en la feliz Mansión, repitiendo
fuertemente, no me detengan más, no me detengan más. Si, que todos vayan
al Co-razón Smo. de Jesús, allí en esa llaga encontrarán la salvación
de sus almas”
Finalmente dijo sonriendo: "Padre... en tus manos encomiendo mi espíritu. Así murió santamente, el 20 de mayo de 1932.
Para San José ser padre en la SOMBRA fue ejercer su paternidad durante toda su vida. Esto es fidelidad a Dios y a su familia.
Así también nuestra Beata fue fiel hasta la muerte y expresó la experiencia de un Dios rico en amor.
PRECES:
A cada oración decimos: “Venga tu Reino Señor”.
• Para contagiar al mundo el fuego Gianellino. Oremos…
• Para fortalecernos día a día, en este tiempo de pandemia. Oremos…
• Para vivir en la unidad como hermanos, en Cristo Jesús. Oremos…
• Para ser signos de esperanza en nuestra sociedad. Oremos…
Pidiendo la canonización de nuestra Beata María Crescencia Pérez.
Padre de Jesús y nuestro, que por tu Divino Espíritu haces florecer la santidad en la Iglesia, te damos
gracias por la Beata María Crescencia que te amó con sencillez y te rogamos que la glorifiques,
para
que su ejemplo e intercesión sirvan a la extensión de tu Reino y a la
multiplicación de las vocaciones a la vida consagrada.
Concédenos, por su intermedio, la gracia que con humildad te imploramos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
“Corazón de Jesús, por los sufrimientos de tu Divino Corazón, ten misericordia de nosotros”.