“Las palabras de
los abuelos tienen algo especial para los jóvenes. Y ellos lo saben” Papa Francisco.
El culto a los abuelos de Jesús se desarrolló primero en
Oriente, luego en Occidente y a lo largo de los siglos la Iglesia los ha
recordado en diferentes fechas. Con la reforma litúrgica que siguió al Concilio
Vaticano II en 1969, los padres de María fueron reunidos en una sola
celebración el 26 de julio.
Los padres de María, los
santos Joaquín y Ana, son una fuente de reflexión para una mirada renovada
sobre la vocación de la vejez. Las noticias sobre sus vidas son tomadas de
textos apócrifos como el del Protoevangelio de Santiago. Joaquín y Ana no
tuvieron hijos durante más de 20 años. Ana dedica días a la oración pidiendo a
Dios la gracia de la maternidad. Un ángel se le aparece y le anuncia: “Ana, el
Señor ha escuchado tu oración: concebirás y darás a luz. Del fruto de tu
vientre se hablará en todo el mundo”. Ana da a luz a María. La niña es criada
entre el cuidado afectuoso de su padre y las amorosas atenciones de su madre.
Cuando María cumple 3 años, para dar gracias a Dios, Joaquín y Ana la presentan
en el Templo