6º DÍA. Lunes 28 de junio.
Lema: “Unidos a María y José rezamos por el fin de la pandemia”
“Has sostenido mi mano derecha y me has guiado según tu voluntad” (Salmo 73:23-24)
Nuestra Madre del Huerto sostiene la mano del Niño Jesús, para bendecir a la ciudad y a cualquiera que tuviese la gracia de pasar delante de ella.
En torno a la cabeza de la Virgen se leen las palabras del saludo del ángel Gabriel: Ave Gratia Plena, y, un poco más arriba, la frase bíblica: HORTUS CONCLUSUS.
Madre, hoy te ofrecemos la margarita, símbolo de tu sencillez.
Oración inicial para todos los días:
Oh María que por tu virginidad fecunda fuiste hecha por el Espíritu Santo, “Huerto Cerrado y Fuente Sellada”, porque tu corazón perteneció única y enteramente a Dios, vuelve sobre nosotros tu mirada de Madre.
Por el amor particular con que te has manifestado como Huerto fecundo de gracia para nuestra salvación, alcánzanos de tu Hijo, que tienes en tus brazos, una continua conversión del corazón, un creciente amor a la voluntad del Padre y una solícita caridad hacia los hermanos. Amén.
Benito Borzone logró expresar de un modo admirable la idea de la bondad y del poder de María. El conjunto de la imagen es una admirable representación pictórica de las palabras inspiradas del salmista: “Has sostenido mi mano derecha y me has guiado según tu voluntad”.
La obra de Borzone logró conseguir una belleza incomparable, ya por la profunda verdad teológica que encarna, ya por la feliz disposición de las figuras y por la frescura y naturalidad del colorido.
Poder y bondad. Jamás antes estas dos prerrogativas excelsas de la Virgen Santísima habían sido representadas tan plásticamente y de manera tan eficaz y perfecta.
Este hombre, pintor de profesión, será quien encarne en este día de la novena a todos los trabajadores. Por eso, volvámonos con fe a Nuestra Madre. Pidamos su intercesión y su protección sobre todos los trabajadores de nuestra ciudad, provincia, país y el mundo. Pidamos juntos para que pronto se normalice la situación y cada uno pueda volver a retomar sus actividades laborales.
Oración final para todos los días.
Oh María, ábrenos tu divino Huerto y entraremos en él, atraídos de la celestial fragancia de tus virtudes, nos sentaremos bajo la sombra de tu amparo y protección y nos saciaremos de sus frutos.
Fuente sellada y pura eres, no permitas que se seque jamás en nuestra alma la flor de tu devoción y el fruto de tu amor a Jesucristo.
Desde tu trono de gloria ruega a tu Divino Hijo para que seamos prudentes, aprendamos la sabiduría y marchemos siempre por el camino de la justicia.
Virgen del Huerto, tus hijos somos, concédenos oír tu voz y contemplar tu rostro bellísimo. Amén.