Cada 8 de diciembre la Iglesia Católica celebra la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.

Se trata de una celebración de enorme trascendencia para los cristianos, en la que se recuerda, con gratitud y alegría, el designio divino por el que la Madre de Jesús quedó preservada del pecado original desde el momento mismo de su concepción.

Que este misterio sea fuente de luz, esperanza y consuelo en este año que termina… Para nosotros, nuestras Familias, nuestra Comunidad Educativa y nuestra Patria.

Oremos juntos: Bendita Sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tu graciosa belleza. A ti, celestial princesa, Virgen sagrada, María, te ofrezco desde este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén.